Interferir en las mentes y la emociones humanas...
como extraído de ciencia ficción.
Quizás nos creamos tan autosuficientes y únicos que lleguemos a pensar que ostentamos el escalafón superior de la humanidad, que pertenecemos solo y exclusivamente a nuestros proyectos; e incluso que somos libres. Y claro, podemos seguir con esa venda en los ojos y así contribuir a un orden superior que no forma parte de nuestras verdaderas aspiraciones como humanos: ser felices.
Sichuan, Chile, Haití... esas casualidades que no hacen más que continuar, desgraciadamente tergiversado, el proyecto de Nicola Tesla.